Señales de alarma de drogadicción
Para identificar la adicción debemos estar atentos a una serie de comportamientos como que la persona mienta o robe, que niegue su problema con la droga en cuestión o lo justifique, que tenga problemas en el trabajo o se ausente de él o que, si va a la escuela, haya bajado sin motivo aparente sus calificaciones o no asista regularmente a las clases.
Cada droga tiene unos efectos específicos:
- Cannabis: ojos rojos, desmotivación, más horas de sueño de lo normal, desorganización, pereza, cambios en el apetito (comer más de lo normal o por impulsos).
- Alcohol: embriaguez, resacas, malestar, vómitos, violencia física o verbal.
- Cocaína: pupilas dilatadas, hiperactividad, verborrea, menos horas de sueño de lo normal.
Qué es ser drogadicto. La enfermedad de la adicción y rasgos de personalidad
¿Tienes un amigo o familiar que bebe en exceso, consume drogas o toma algunos medicamentos sin control? En caso de que así sea, debes saber algo muy importante: tiene una enfermedad que es grave y está reconocida por la Organización Mundial de la Salud, cuyo pronóstico es hospitales, cárceles o la muerte si no se trata. La adicción no tiene cura, pero sí un tratamiento que consigue que el adicto pueda tener una vida digna y disfrutar como lo hace cualquier persona. Cualquier drogadicto puede dejar de consumir si ha sufrido lo suficiente o si él mismo considera que ha tocado fondo.
Los adictos tienen todos algo en común: son obsesivos y compulsivos. Cuando dejan de consumir drogas, pueden sufrir también por otras conductas adictivas: el sexo, la comida, el juego, el deporte, las compras o los videojuegos. Asimismo, tienen rasgos de la personalidad compatibles con un trastorno límite. Poseen un carácter cambiante, tienen baja tolerancia a la frustración y marcadas tendencias a la depresión y la ansiedad. Cómo son expertos en mentir y manipular para mantener su consumo de drogas, su enfermedad puede pasar desapercibida para médicos, psiquiatras y psicólogos durante mucho tiempo, quizá hasta que ellos mismos decidan que están hartos de estar hartos y busquen la ayuda que necesitan.
Primer paso: la intervención y las opciones de tratamiento
Una intervención es el proceso por el cual la familia y los amigos del adicto se reúnen para hablar claro con él sobre la posibilidad de iniciar un tratamiento y buscar la ayuda que sea necesaria. Dado que quizá ningún miembro de la familia ni ningún amigo conozca la enfermedad de la adicción en profundidad, sería idóneo que un especialista asesore a los implicados y guíe la intervención.
Ésta persona será la encargada de trazar un plan de acción sobre el modelo de tratamiento a escoger en su caso. Si el adicto está en una fase avanzada de la enfermedad, es altamente probable que para detener el consumo de alcohol o drogas necesite internarse en una clínica de desintoxicación, con un ingreso que suele durar entre dos y tres meses. Sin embargo, si el especialista así lo considerase, otras opciones a contemplar serían las del piso de reinserción, el centro de día o el tratamiento ambulatorio.
Consejos
Si no hay lugar a dudas de que tu familiar está consumiendo drogas o bebiendo y cada vez va a peor, debes sentarte a hablar con él de forma asertiva y fortalecer tu relación con él, que te vea como un apoyo y no como una persona que no para de reprocharle sus actitudes. Es importante elegir bien el momento, no trates de razonar con él si está bajo los efectos de las drogas o bebido. Si se justifica o no quiere atender a razones, es momento de buscar ayuda.
Puesto que es un tema delicado que puede acabar con la paciencia de las personas, sea tu familiar o no, debes también establecer unos límites ya que si sus actitudes te están afectando en tu vida cotidiana deberás tomar decisiones drásticas como romper una relación o, en caso de poder hacerlo, vivir alejado de él hasta que decida ponerse en tratamiento.
