Hay un aspecto muy relevante que debemos poner en conocimiento, y es que la adicción es una enfermedad crónica, progresiva y mortal, con una tendencia implícita a la recaída, es decir, a volver a consumir drogas. No conocemos de manera exacta por qué solo desarrollan la enfermedad de la adicción ese 10% de personas, pero el profesor David Nutt, del Imperial College de Londres y probablemente el mayor experto mundial en la materia, hace referencia a 3 factores decisivos que diferencian el cerebro de un adicto del de una persona “normal”:
- Reacción desproporcionada al estrés que lo lleva a necesitar un “anestesiante”, que sería la droga de preferencia
- Un nivel mayor de impulsividad
- Menores niveles de dopamina en el cerebro de los adictos
Los expertos en adicciones estiman que 1 de cada 10 jóvenes que empiezan a consumir drogas o alcohol desde temprana edad terminará siendo adicto en su vida adulta. “Es una realidad que no podemos dejar de obviar” según Josean Fernández, presidente de AERGI y Master en Prevención y Drogodependecias por la Universidad de Valencia. Pero, ¿es posible dejar las drogas sin tener que acudir a una clínica de rehabilitación? en algunos casos sí, ya que no todas las personas drogodependientes están en el mismo punto de gravedad. Asimismo, si una persona logra dejar las drogas y mantener la abstinencia sin necesidad de tratamiento…es muy posible que no tenga la enfermedad de la adicción.
Las 3 actitudes que marcan la diferencia para dejar las drogas:
- Hartazgo. El adicto no solo está harto de estar harto de consumir drogas, además no ve sentido a su vida y está dispuesto a cambiar lo que sea necesario.
- Reconocimiento. El adicto ve que tiene un problema real en un momento de sano juicio.
- Pedir ayuda. Asume que él solo no puede solucionar este problema y necesita ayuda.
Lograr la abstinencia y recuperarse es posible, “curarse” no
En el cerebro de un adicto se han producido una serie de daños y cambios que no se pueden revertir, por eso un adicto no puede curarse. El tratamiento consigue una mejoría indudable y la persona logra vivir una vida plena sin consumir sustancias en la que las posibilidades de crecimiento personal son ilimitadas, pero la posibilidad de la recaída está presente y no importa cuanto tiempo lleve en abstinencia el adicto. Lógicamente, a más tiempo limpio, menor posibilidad de recaer. Debe haber una supervisión y una vigilancia de por vida.
Opciones de tratamiento: método ambulatorio sin ingreso en clínica
La adicción es una enfermedad biopsicosocial, ya que afecta física, psíquica y emocionalmente a las personas. Por tanto, se requiere de un tratamiento que abarque todos estos aspectos y que incluya una rutina diaria con horarios preestablecidos. Para atenuar el síndrome de abstinencia, es fundamental que un médico experto en adicciones valore cada caso particular y paute en determinados casos una medicación que ayude a evitar la recaída, sobre todo durante las primeras etapas de la recuperación. La parte mental y emocional se consigue regular a través de la terapia individual y las terapias grupales.
En función de cada persona, existe la posibilidad de conseguir una recuperación prolongada mediante el tratamiento en un centro de día o ambulatorio. En ambos casos la persona duerme en su casa, pero acude regularmente a terapia y el médico revisa y ajusta su medicación cada cierto tiempo. Lo más importante, si los profesionales se decantan por esta opción, es que el adicto sea capaz de cumplir con la parte conductual del tratamiento, que es ajustar su vida a una rutina determinada por el equipo terapéutico.
La mayoría de los tratamientos más efectivos para salir de las drogas incluyen la terapia cognitivo-conductual. Se trabaja la rutina que hemos mencionado en la vida diaria para después llegar a comprender mentalmente cómo funciona su cerebro y cómo es el proceso que les puede llevar a recaer, identificando las situaciones y emociones que indican peligro de recaída y siendo conscientes de que tienen una enfermedad.
Ingreso en un centro de desintoxicación o comunidad terapéutica
Es la opción más recomendable, sobre todo en personas que no son capaces de parar de consumir y están recayendo constantemente, además de los casos más graves y en los que exista otra patología mental aparte de la adicción.
En la mayoría de centros, el internamiento residencial suele durar dos o tres meses como máximo y se utiliza para la desintoxicación física y para hacer un tratamiento intensivo de terapias. Asimismo, cuentan con una vigilancia permanente durante las 24 horas del día por parte de monitores y terapeutas, además de la sesión semanal individual con un psicólogo y la supervisión del médico.