Apuestas deportivas: un problema de adicción con un crecimiento imparable

Apuestas deportivas

Evolución 

Los últimos 10 años han sido, sin duda, los de la gran explosión de las adicciones a las nuevas tecnologías, entendidas éstas como la adicción a los videojuegos, el móvil o las redes sociales. En mayor o menor medida todas tienen que ver con la mejora incesante de la conectividad a internet, y por ello las apuestas deportivas merecen un capítulo aparte al verse beneficiadas de este auge, aunque sean consideradas dentro del espectro de la ludopatía. 

Precisamente fue en 2013, hace 10 años, cuando la ludopatía comenzó a denominarse “trastorno del juego” por parte de la OMS, en vez de juego patológico. Junto a las nuevas tecnologías y la posibilidad de apostar por internet, en 2008 llegó la primera casa de apuestas física a nuestro país, concretamente a Madrid, de la mano de los británicos William Hill y Codere, que es una empresa española. El cambio de 2011 en la regulación del juego y su instauración en 2013 completó el resto de la historia. Solo hace falta ver las cifras de la inversión en marketing, que se triplicaron desde ese año hasta 2018 (112 a 329 millones de euros).

Cambio en el perfil del ludópata

Asimismo, la edad media de los ludópatas ha pasado de los 40-45 años a los 25-35, siendo el sector de los más jóvenes (18 a 35 años) el que más crece en las estadísticas de jugadores anuales. El perfil de ludópata cuarentón o cincuentón de ruleta o tragaperras ha pasado a veinteañero de barrio humilde que pasa gran parte de su tiempo en el local de apuestas deportivas.

¿Por qué está en auge?

Como hemos mencionado anteriormente, la democratización del acceso a internet lleva aparejada la posibilidad de conectarse desde cualquier aparato o lugar, y en este sentido también es muy fácil acceder a cualquiera de las plataformas que permite apostar, incluso en los locales físicos de apuestas o en los bares donde hay tragaperras no se vigila convenientemente que no entren menores. Otros dos aspectos muy importantes en el auge de las apuestas deportivas en los últimos 10 años es que han abierto una gran multitud de locales físicos, sobre todo en los barrios más humildes de las grandes ciudades, y la inversión que han hecho las casas de apuestas en publicidad que se refleja en patrocinios hacia los equipos provoca que los más jóvenes asocien el deporte con las apuestas.

Adicción a las apuestas deportivas y su evolución en la propia persona

Cuando hablamos de ludopatía o trastorno de adicción al juego, hablamos de una adicción comportamental o sin sustancia, ya que no hay drogas de por medio aunque en el cerebro se comporte de una manera casi idéntica que las adicciones a drogas, mediante la dopamina y el sistema de recompensa. En el caso de las apuestas deportivas, la posibilidad de hacer dinero fácil es lo que llama la atención de los consumidores, y en esencia se trata de la incapacidad de frenar el deseo de jugar, llevando a la persona a un deterioro de su salud mental y física. Detectar que una persona está padeciendo este problema no es fácil, puesto que sus síntomas son menos visibles que en las personas que padecen adicción a drogas.

El comienzo es para todos el mismo, ya que la mayoría de jugadores, problemáticos o no, comienzan apostando en deportes que más o menos controlan, como el fútbol o el baloncesto. Sin embargo, con el tiempo, éstas apuestas empiezan a quedarse pequeñas y se empieza a apostar a otros deportes o a carreras de galgos, y se termina por apostar a cualquier cosa. El problema grave llega cuando la obsesión es tal, que la persona solo piensa la mayor parte de los días en cómo conseguir dinero para seguir jugando, y en recuperar el dinero ya perdido, entrando en un bucle infinito.

En esencia, la adicción a las apuestas deportivas sigue el mismo proceso que cualquier otra adicción:

* Predomina la obsesión (de pensamiento, por jugar) y la compulsión (llegar a hacerlo).

* Cambios en el comportamiento y en el humor, como picos de tristeza o euforia determinados por haber perdido o ganado, irritabilidad, ansiedad o depresión

* Deterioro significativo de las relaciones afectivas con amigos y familia, en pos de pasar cada vez más tiempo apostando

* Tolerancia: el adicto necesita apostar cada vez más dinero para obtener un alivio o satisfacción

* Ocultación, mentiras y negación: el adicto miente respecto al tiempo y las cantidades jugadas, manipula las situaciones para poder irse a jugar y/o niega tener un problema que se hace evidente a ojos del resto.

* Dificultad para parar: se siente impotente ante su adicción y no es capaz de detener ni las apuestas ni la cantidad de dinero utilizado para ello.

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