Es habitual ver, en los centros de desintoxicación, personas que no solo vienen con un problema de adicción. Pese a que la adicción es una enfermedad primaria y crónica, puede coexistir con otros trastornos mentales y formar lo que denominamos una patología dual. Además, no se trata ni mucho menos de casos excepcionales o raros: se estima que 7 de cada 10 personas que padecen adicción, también padecen otra dolencia mental asociada.
La adicción comprende muchas posibles adicciones, desde las adicciones a sustancias como pueden ser el cannabis, la cocaína, el alcohol o la heroína, por poner ejemplos, y las llamadas adicciones comportamentales o sin sustancia, entre las que podríamos destacar la adicción a la comida, al sexo, a los videojuegos o la ludopatía.
Los trastornos mentales que pueden coexistir con la adicción son varios, y solemos hablar de trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), depresión, ansiedad, Trastorno de déficit de atención y hiperactividad (TDAH), trastorno bipolar, esquizofrenia o rasgos acentuados de la personalidad como narcisista, trastorno límite o borderline, histriónico.
Cómo reconocer a un adicto con patología dual
Las personas con patología dual, cuyos casos son algo más complejos que en aquellos en que solo se trata la adicción, reúnen algunos rasgos más concretos que pueden incluir una marcada impulsividad, desorden acentuado en muchas áreas de su vida, dificultad para permanecer en una rutina diaria, ideas paranoides, violencia, dificultades para acatar normas, marginalidad por su escasa adaptación a la sociedad y distorsión de la realidad.
Causas y pronóstico
Muchos familiares pueden preguntarse si una es causa de la otra o viceversa, cuando la realidad puede darse en ambos sentidos: hay personas con patología dual que empiezan a consumir con el fin de aliviar los síntomas de su dolencia mental, o casos en los que el consumo de drogas desencadena una patología como puede ser la psicosis o la esquizofrenia.
Asimismo, es importante también hablar de elementos causales comunes, como pueden ser la vulnerabilidad genética o los factores ambientales, que fomentan la aparición tanto de una adicción como de un trastorno asociado. También podemos hablar de casos de trastornos independientes, en los que ninguno es causa ni efecto del otro.
El pronóstico es variable, y depende en gran medida de qué adicción tenga y cómo ha avanzado, si lleva muchos años consumiendo, y también de la gravedad del trastorno mental en cuestión.
Tratamiento: condiciones y modelos
Cuando se atiende a una persona con patología dual, hay 3 condiciones que deben existir para que el tratamiento pueda tener éxito:
* Abstinencia completa de todo tipo de drogas: las drogas alteran el funcionamiento normal del cerebro, pudiendo empeorar el trastorno mental que acompaña a la adicción. Por ello, es condición indispensable que la persona se abstenga de consumir alcohol o drogas.
* Estabilización psicopatológica: es indispensable conseguir estabilizar a la persona para que el tratamiento tenga éxito, y esto se realiza desde el abordaje tanto médico o psiquiátrico como cognitivo-conductual a través de los profesionales de la psicología.
* Seguimiento y cumplimiento: es absolutamente necesario que la persona cumpla tanto con las pautas de medicación como con rutinas, horarios y aspectos psicoterapéuticos del tratamiento.
Asimismo, también hay condiciones complementarias que son muy relevantes: que la persona reconozca su problema y las dos vertientes de su patología mental, que quiera ponerse en tratamiento y que se implique plenamente.
En cuanto a los tipos de tratamiento, hay tres modelos:
* Secuencial: en este caso, el paciente acude primero a un servicio específico de salud mental, y cuando finaliza este tratamiento, acude a una unidad específica de drogodependencias, o viceversa. No hay coincidencia en el tiempo entre ambos tratamientos y son distintos profesionales quienes tratan a la persona.
* En paralelo: en esta situación, el paciente acude a un centro de salud mental y de drogodependencias y se tratan ambos trastornos de forma independiente pese a que pueden coincidir en el tiempo. El problema de este modelo es que el grado de coordinación entre ambos tratamientos no será el adecuado.
* Integrado: se tratan ambas patologías por un mismo equipo de profesionales. Es el que suele tener más posibilidades de éxito.