Entendiendo la adicción al sexo: una adicción comportamental

Adicción al sexo

La adicción al sexo, que es una adicción de comportamiento o sin sustancia como la ludopatía o la adicción a los videojuegos, se produce cuando no podemos frenar el deseo de tener relaciones de forma frecuente, y este comportamiento produce problemas en otras áreas de nuestra vida ya que la actividad principal que tenemos que atender es tener sexo. 

La OMS, que en 2018 incorpora el comportamiento sexual compulsivo a la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) cifra en un 6% la población total con problemas de adicción al sexo, de los cuales más del 75% son hombres. En este caso, se conoce como satiriasis, mientras que si se trata de mujeres, hablamos de ninfomanía. Las conductas pueden darse en solitario, mediante la masturbación, o manteniendo sexo con distintas personas, o incluso con varias personas al mismo tiempo. 

Mantener sexo de forma habitual no es malo, y no podemos diagnosticarlo equivocadamente por ello. De hecho es muy recomendable practicarlo de forma equilibrada y como parte de una vida sana por la liberación de endorfinas que produce, el placer, el amor y el disfrute. Asimismo, habrá épocas en las que la apetencia sexual o la frecuencia de práctica varíen, es parte de la vida. 

El problema para los adictos al sexo es que se trata de una necesidad imperiosa, una obsesión mental que urge a llevarla a cabo y produce un alivio momentáneo para después volver a caer en el malestar emocional previo a la necesidad de tener sexo. Provoca abstinencia si no se realiza en forma, por ejemplo, de irritabilidad o cambios drásticos de humor. El sexo, en vez de disfrute, provoca un intenso malestar ya que no soluciona el conflicto interno que pretendemos tapar, y sentimientos de culpa y vergüenza por no poder frenar este comportamiento.

Síntomas de la adicción al sexo

El principal síntoma es sentir la obligación de realizar sexo y de no poder frenar los propios instintos o impulsos hacia ésta práctica, provocando un intenso malestar y descuidando otras áreas importantes en la vida de una persona, como sus relaciones familiares y amistosas, su propia actividad laboral, sus propios intereses o incluso su salud, por no hablar de que no le importa ponerla en riesgo a través de conductas peligrosas como mantener relaciones sin protección con personas desconocidas.

Asimismo, problema otros problemas derivados, como dedicar excesivo tiempo al consumo de pornografía mediante páginas web o películas, mantener otras relaciones sexuales sin consentimiento de la pareja (infidelidades) y por tanto deteriorando la relación sentimental que de verdad le importa, así como problemas económicos debido al gasto excesivo en prostitución, ETS debido a las conductas sexuales de riesgo e incluso embarazos no deseados.

Adicciones cruzadas

Un gran porcentaje de hombres con adicción al sexo, lo son también a la cocaína, y usan la excitación provocada por ésta para perder el control con las prácticas sexuales. El alcohol también puede ir unido por la desinhibición que produce, y en la cultura sexual gay se ha popularizado el chemsex, en el que se usan determinadas drogas para potenciar relaciones sexuales durante varias horas e incluso días.

Causas de la adicción al sexo

Existen algunos factores que pueden predisponer a padecer adicción al sexo, y es la suma de varios de ellos lo que determina en cada persona esta patología. Hay rasgos de personalidad predominantes en estas personas, como una marcada impulsividad, inseguridad, baja autoestima, narcisismo, trastorno límite, u otras enfermedades mentales como depresión, ansiedad o abuso de alcohol y/o drogas.

En cuanto a las causas biológicas, podríamos hablar de que déficits en ciertos neurotransmisores como la serotonina, dopamina o noradrenalina son característicos en personas que a través de la búsqueda de sensaciones quieren paliar inconscientemente estos desequilibrios químicos del cerebro.

También existen determinados factores ambientales, que pueden derivar de haber sufrido traumas o abusos sexuales en la infancia, una familia con problemas de adicciones a sustancias o desestructurada, fracasos o rupturas sentimentales o bullying en la adolescencia.

Tratamiento 

Como en otras adicciones, las conductas sexuales compulsivas pueden requerir de un abordaje farmacológico, con medicamentos como ISRS (inhibidores de la recaptación de serotonina) a dosis por encima de lo habitual, topiramato, bupropión y en casos graves incluso fármacos antiandrógenos.

Por otra parte, es necesario a nivel terapéutico trabajar desde el plano psicológico y emocional del paciente, a través de la terapia de grupo e individual, siendo la terapia cognitivo-conductual la más eficaz para este tipo de problemas.

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