Un gran número de hombres con adicción al sexo también tienen problemas con la cocaína o el speed, y usan la excitación provocada por ésta para aguantar más tiempo en las prácticas sexuales. El alcohol también puede ir unido por la desinhibición que produce, y en la cultura sexual gay se ha popularizado el chemsex, en el que se usan determinadas drogas estimulantes para potenciar relaciones sexuales durante varias horas e incluso días.
Chemsex
El chemsex, básicamente, es algo así como una bacanal exclusiva entre varios hombres homosexuales, con la particularidad del uso de los estimulantes anteriormente mencionados para “mejorar” la experiencia. En 2017, 1 de cada 3 personas gais con VIH del Reino Unido participaron en estas reuniones sexuales, y ésta práctica está cada vez más extendida en España.
Qué es la metanfetamina
La metanfetamina es un estimulante poderoso y sumamente adictivo que afecta el sistema nervioso central. Es un polvo blanco cristalino, inodoro y de sabor amargo, que se disuelve fácilmente en agua o alcohol.
La metanfetamina se presenta en varias formas que se pueden fumar, aspirar, inyectar o ingerir. El método preferido de consumo de la droga varía según la región geográfica y ha ido cambiando con el tiempo.
Cuando la metanfetamina se fuma o se inyecta, llega al torrente sanguíneo y al cerebro con mucha rapidez, lo que causa una oleada de placer intenso e inmediato y amplifica la posibilidad de adicción y consecuencias perjudiciales para la salud. La oleada o «relámpago» dura solo unos pocos minutos y se describe como una sensación extremadamente placentera. Cuando se aspira o se toma por boca, la metanfetamina produce euforia (un «high»), pero no una oleada intensa. La aspiración causa efectos en 3 a 5 minutos; el consumo por boca lo hace en 15 a 20 minutos.
Metanfetamina en España
Voces autorizadas como el informe anual del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (Emcdda por sus siglas en inglés) observaron el pasado año un crecimiento en el consumo de metanfetamina en nuestro país, sobre todo en grandes urbes como Valencia, donde el gobierno autonómico ya ha dado la voz de alarma.
También en el Congreso, la Comisión Mixta para el Estudio de los Problemas de las Adicciones aprobó en 2022 una proposición para realizar un estudio sobre el impacto de la metanfetamina, con especial atención a los colectivos LGTBI. El texto, defendido por la senadora Patricia Abascal del PSOE, instaba al gobierno a “estudiar los datos sobre la frecuencia y el impacto del consumo de la metanfetamina, con especial atención en los colectivos LGTBI”. Asimismo, se contempla llevar a cabo acciones de “información y prevención sobre los efectos del consumo de la metanfetamina, con especial énfasis en los colectivos LGTBI”.
Aumento de los peligros asociados al chemsex
Una investigación llevada a cabo en 2018 en las islas británicas, concluía que hasta el 84% de los individuos que consumieron metanfetamina y el 47% de los que tomaron otras drogas durante las sesiones de chemsex habían sufrido efectos negativos derivados de su consumo. Por su parte, un 66% y un 29% de los individuos, respectivamente, afirmaron que estas drogas tuvieron impactos negativos sobre su salud mental.
Según los datos del estudio, la metanfetamina destacó entre las demás drogas de uso recreativo por causar hasta 15 veces más hospitalizaciones y hasta 13 veces más problemas financieros que las demás drogas; destacando asimismo que esta droga tenía hasta 7 veces más probabilidades de causar sobredosis en los individuos que la consumían.
Por otro lado, la metanfetamina demostró causar unos cuantos problemas sobreañadidos. Los individuos que practicaban chemsex consumiendo esta droga tenían hasta tres veces más probabilidades de comprar o vender servicios sexuales y el doble de probabilidades de sufrir una infección de transmisión sexual.