Un porcentaje elevado de personas que han tenido problemas con drogas y que se definen cómo adictos en recuperación han tenido que ingresarse en un centro durante algún tiempo para ser capaces de iniciar el período de abstinencia. Esto ocurre cuando por lo avanzado de la enfermedad no son capaces de parar por sí solos mediante un tratamiento ambulatorio, centro de día o asistiendo a reuniones de 12 pasos.
La labor que realizan la mayoría de los centros o clínicas de rehabilitación es la de sentar las bases de lo que será la vida de un adicto en recuperación. Este proceso se centra en seguir unas pautas y horarios, hacer deporte, tener una rutina bien establecida con terapias casi a diario y enseñar los principios que deben regir sus vidas desde el momento en que deciden dejar de consumir drogas para tener una vida de calidad. Los centros ofrecen al adicto una serie de beneficios concretos para comenzar el proceso de desintoxicación.
¿Por qué elegir un centro de desintoxicación para comenzar el proceso?
Los beneficios de ingresar en un centro para desintoxicarse son numerosos:
Seguridad
Los adictos son personas que se engañan a sí mismos con gran facilidad. Por eso, si están en su entorno habitual: viviendo con su familia y los problemas de ésta, con su teléfono móvil activo, con dinero y con posibilidad de quedar con amigos de consumo, en cualquier pico de estrés, en la más mínima discusión o en un estado de euforia o tristeza pueden acabar yéndose a consumir drogas, que es precisamente lo único que venían haciendo que les aliviaba el dolor de vivir.
En un centro de desintoxicación, están en un ambiente seguro y protegido, al cuidado de todo un equipo terapéutico, en el que el médico especialista en adicciones les pauta una medicación para reducir el síndrome de abstinencia. Asimismo, se les aísla en la medida de lo posible de problemas externos, de dinero, de móvil y de internet.
Trabajo personal
En un centro de desintoxicación, a los adictos se les da la posibilidad de empezar a hacer el trabajo más importante de sus vidas, el de empezar a conocerse a sí mismos y analizar qué factores concretos han podido influir en su pérdida de control con el alcohol u otras sustancias. Para ello tienen terapias de grupo todos los días y una asistencia psicológica individual a la semana, y al convivir con otras personas, pueden aprender sobre sus sentimientos y cómo responden a ellos una vez que no pueden recurrir a los tóxicos.
Rutina
Las personas que han tenido problemas de adicciones son muy susceptibles a los cambios y necesitan tener bien estructurado su día a día, por ese motivo las clínicas de desintoxicación tienen unos horarios rígidos con actividades determinadas en los distintos momentos del día. Todo está planificado de antemano.
Deporte
Es, sin duda, otra de las pautas fundamentales para el adicto en recuperación. Acudir al gimnasio a realizar ejercicio durante al menos una hora al día debe formar parte del tratamiento para alcanzar cierto nivel de bienestar personal. Es de sobra conocido que el deporte alivia el estrés y la ansiedad, mejora todos los parámetros de salud y promueve valores como el sacrificio o la disciplina.
Hablamos con algunas de las personas que iniciaron su tratamiento en Reinservida para saber por qué fue tan importante iniciar la recuperación en un centro.
Carlos, 32 años, adicto a las benzodiacepinas, alcohol y cocaína. Periodista. 3 años y 6 meses en recuperación.
“No tenía absolutamente ningún orden en mi vida. Lo primero que hacía nada más despertarme era tomarme un trankimazin porque tenía mucho miedo a todo, y eso al menos me calmaba. Trabajaba desde casa. Mi vida era tan desastrosa que, en muchas ocasiones, mi jefa me tenía que llamar para que subiera algún artículo a la página web, porque eran las 12 del mediodía y yo seguía durmiendo. Estar en un centro para mí ha sido fundamental por esa razón, porque soy un desastre sé que también puedo serlo sin consumir drogas. Necesito una estructura y unos horarios en el día a día.»
Jacinto, 47 años, alcohólico. Abogado. 7 meses en recuperación.
“Mi problema era que todo en mi vida giraba en torno al alcohol. Ni si quiera desayunaba cuando me levantaba, ni tampoco tomaba café. Lo primero que hacía al llegar al bar era tomarme un orujo de hierbas. ¿Qué persona en su sano juicio se toma eso nada más empezar el día? No recuerdo ni si quiera que me emborrachase, lo necesitaba para calmar los nervios y empezar el día algo sedado. Estar en una clínica de rehabilitación me ha enseñado, por ejemplo, la importancia de comer cinco veces al día a las mismas horas, de tratarme con respeto y de cuidarme tanto física como mentalmente.
