Qué es y qué contiene
Los únicos parecidos que tiene la “cocaína rosa”, como habitualmente se la conoce, con la cocaína, es que su textura es similar y se toma de forma esnifada. Más allá, no hay nada. También se conoce esta sustancia como “tusi” o “tucibí”, y en realidad se trata de una mezcla alucinógena de síntesis perteneciente a la clase de las fenetilaminas psicodélicas que se encuentra a medio camino entre el LSD y el MDMA.
Hasta aquí la teoría, y como hemos dicho, al tratarse de una droga de síntesis, puede llevar infinidad de componentes, por lo que es complicado saber lo que te estás metiendo. Aunque hoy en día, gracias a la organización Energy Control, que estudió hasta 150 muestras de lo que se vende como “cocaína rosa” en España entre 2019 y 2022, sabemos que es rosa debido al colorante que se encontró en casi todas las partidas y que solo dos llevaban cocaína, los ingredientes en su mayoría se basaban en ketamina, MDMA y cafeína. Un combo realmente peligroso. El colorante rosa, por lo tanto, puede responder perfectamente a una cuestión de marketing.
Mezcla impredecible, no es 2C-B
Por tanto, no, lo que en las calles se conoce como “cocaína rosa”, “tusi” o “tusibi” no es 2C-B. El término “cocaína rosa” que se le dio al 2C-B en los medios de comunicación (a pesar de no guardar relación alguna con la cocaína) se debe a su presentación en forma de polvo de este color, a pesar de que lo que generalmente se vende como cocaína rosa en las ciudades europeas suele no contener 2C-B sino una mezcla impredecible de otras sustancias, normalmente ketamina, MDMA u otros estimulantes. Según Energy Control, las mezclas llegaban a contener incluso aspirina común en muchos casos.
Droga asociada a las élites
El “tusi” se asocia a los ambientes festivos adinerados y la han llegado a calificar como “droga de lujo” o “droga de la alta sociedad”. De hecho, el periódico El País asevera que es la droga de moda en los garitos pijos madrileños, ya que su precio puede ser de hasta 100 euros el gramo, si bien la mezcla de sustancias que lleva para su fabricación no supera los 30. Aun así, como ocurre con toda clase de drogas, los que la han consumido aseguran que se puede encontrar también en festivales o macrodiscotecas. Su consumo es más habitual en los jóvenes de más edad, a partir de los 30 y hasta los 35 por el gasto que conlleva, y suelen ser consumidores habituales de cocaína y/o MDMA ya que la “cocaína rosa” resulta ser una alternativa a éstas dos sustancias.
Efectos y riesgos
Como depende de los ingredientes que lleve la partida que se consuma, las personas pueden experimentar sensaciones muy diferentes de una toma a otra que se pueda realizar. Lo que sí sabemos es que si predomina la ketamina, sus efectos serán más disociativos y la duración de éstos más corta, como mucho entre una y dos horas, mientras que si lleva MDMA y/o cafeína, podrán ser más estimulantes y euforizantes y durar hasta cuatro horas.
Los consumidores, en cualquier caso y por el nombre que se le otorga a la sustancia, buscan en ella efectos más de tipo psicoestimulante que psicodélico, más foco, euforia o excitación.
Tomar “tusi” entraña graves peligros para la salud, sobre todo porque no sabemos qué sustancias lleva y por tanto no podemos esperar unos efectos secundarios determinados. Éstos pueden ir desde los de tipo neurótico como ansiedad, agitación o ataques de pánico, a algunos riesgos en el sistema cardiovascular mediante arritmias o hipertensión. En los casos más graves y consumos excesivos puede suceder un infarto de miocardio o angina de pecho, así como accidentes cerebrovasculares como el ictus o episodios de psicosis.