El auge gracias a internet
El juego está indudablemente en auge en la última década. Las casas de apuestas, en vivo y online, han tenido un crecimiento vertiginoso cuya deuda están pagando los ludópatas, cada vez más jóvenes. La ludopatía es la adicción comportamental más extendida desde que se puede apostar por internet y cada vez más cerca del tabaco, el alcohol y el hachís. Poder apostar a golpe de clic con nuestra tarjeta de crédito es una opción demasiado tentadora.
Adicción=enfermedad
Como hemos explicado en otro artículo, la ludopatía es una enfermedad. No se trata de un vicio, ni la persona puede dejar de jugar con fuerza de voluntad puesto que precisamente la voluntad está anulada. Un adicto al juego no es capaz de superar con éxito el impulso o deseo de jugar o de detenerse una vez que ha empezado. La activación en el cerebro que proviene de recibir un premio en forma de dinero es muy similar, por ejemplo, a la que produce una raya de cocaína. El funcionamiento del circuito de recompensa del cerebro tiene el mismo esquema básico.
Cómo ayudar a una persona ludópata
1. Comprender qué es una adicción. Como hemos mencionado anteriormente, el juego desencadena las mismas reacciones en el cerebro que las sustancias, por lo que para entender a un ludópata tenemos que comprender que es como si estuviera enganchado a otras drogas. Aunque moralmente nos resulte incomprensible debido a que su adicción puede generar problemas económicos en la familia, no estamos ayudando en absoluto a una persona si juzgamos su comportamiento o le reprochamos su actitud.
2. No darle dinero ni tarjetas de crédito.Una persona que tiene problemas con el juego, durante un periodo de tiempo largo, es preferible que no lleve dinero encima nunca, y si lo lleva debe ser poca cantidad y debe justificarlo. Asimismo, no debemos pagar sus deudas ya que de esta manera lo estamos ayudando a perpetuar su adicción. El ludópata debe vivir las consecuencias de sus actos y de su enfermedad para tomar conciencia.
3. Romper la negación. La negación del problema es un síntoma claro de adicción, y los adictos la utilizan para poder perpetuar su consumo, con o sin sustancias, como es el caso de la ludopatía. Si el ludópata no quiere ver el problema, de nada servirá que se lo repitamos nosotros una y otra vez. Una forma habilidosa de ayudarlo podría ser la de invitarlo a analizar las consecuencias que está teniendo el juego en su vida en caso de que ya hayan llegado: problemas económicos, consumo de otras sustancias, faltas en el trabajo, ansiedad, depresión o peores relaciones con sus amistades y/o pareja.
4. Autoexclusión. Si no se trata de tragaperras o lugares clandestinos, una posibilidad que cobra importancia si el ludópata ha reconocido el problema es animarlo a autoexcluirse de los casinos y las salas de apuestas, tanto presenciales como online.
5. Nuevas actividades y hábitos. Teniendo en cuenta que el juego ocupaba gran parte del tiempo en su vida, podríamos ayudar al ludópata presentándole otras posibles actividades en las que ocupar el tiempo: deportes, meditación, cine, lectura, quedar con amigos, estudiar algo nuevo, aprender a tocar un instrumento…hay muchísimas posibilidades. Asimismo, en los tratamientos de adicciones cobra especial importancia la rutina y tener bien estructurado qué se va a hacer cada día.
6. Evitar situaciones de riesgo. Para la prevención de recaídas es fundamental que el ludópata se abstenga de ir a lugares en los que se encuentren bingos, casinos o tragaperras, así como evitar el consumo de alcohol.
7. Mostrar apoyo. Si el ludópata está dispuesto a cambiar y dejar definitivamente el juego, debemos acompañarlo en el proceso y ser empáticos y comprensivos, ya que dejar una adicción no es una tarea sencilla y la persona pasará por momentos muy complicados de craving, ansiedad o bajones emocionales.