Con tanto que hacer y ver en internet, ya sea en YouTube, Facebook, Instagram, Twitter, TikTok o una gran cantidad de otras plataformas, puede ser tentador deslizar y deslizar hasta el infinito sin preocuparnos por el tiempo que pasamos consumiendo contenidos. Pero como con casi todos los placeres y pasatiempos de la vida, existe una delgada línea entre el uso, el abuso y la adicción.
Se estima que la adicción a Internet y las redes sociales afecta a más de 210 millones de personas en todo el mundo. En muchas ocasiones, esta preocupación por ver y compartir contenido se deriva de una insatisfacción con la propia vida y con las circunstancias, ya que las redes sociales tienen el potencial de abstraernos de la realidad.
Las redes sociales funcionan en el cerebro de una forma muy parecida a como lo hacen las drogas, al producir una gratificación inmediata cuando recibimos notificaciones, me gustas o compartidos. En el cerebro se pone en marcha el sistema de recompensa y se produce una liberación de dopamina, la hormona que nos incita a repetir comportamientos que nos aportan placer. Debido al ritmo rápido e incesante del mundo de las redes sociales, las vías de recompensa en nuestro cerebro se ven afectadas y existe una creciente demanda de dopamina, lo que perpetúa una mentalidad adictiva.
Señales de adicción a las redes sociales
A continuación, se incluyen algunas preguntas que podrían ayudar a determinar si el uso de las redes sociales ha alcanzado o no el umbral de la adicción. Una vez que se ha identificado el problema, se puede empoderar a la persona para que reciba tratamiento y se recupere del control que su móvil u ordenador ha tomado sobre su vida.
* ¿Ha llegado la socialización virtual a reemplazar la interacción cara a cara en su vida o ha llegado a preferir la primera a la segunda?
* ¿Empieza a sentir emociones negativas cuando usa las redes sociales o cuando intenta reducir o detener el uso de las redes sociales?
* ¿Ha experimentado las consecuencias del uso excesivo de las redes sociales en su vida, pero aún persiste en la actividad de todos modos?
* ¿Podría su uso de las redes sociales ser descrito como obsesivo?
* ¿Las redes sociales le dan un sentido indebido de importancia o significado a su vida?
* Después de un período de abstinencia del uso de las redes sociales, ¿se encuentra regresando a las redes sociales de la misma manera que un consumidor de drogas o alcohol puede ser incapaz de mantenerse alejado de la sustancia?
* Una respuesta afirmativa incluso a una de las preguntas anteriores puede indicar adicción a las redes sociales. Responder sí a 3 o más podría significar que el problema se ha vuelto grave. Por supuesto, cada individuo y cada plataforma de redes sociales es diferente, pero si las líneas de tendencia subyacentes de la compulsión se han hecho evidentes, es hora de tomar medidas para recuperar el control de su vida y de su relación con la tecnología.
Las consecuencias
Se ha demostrado que los adictos a las redes sociales están menos satisfechos en el trabajo, así como son menos capaces de adaptarse a las demandas lógicas de su vida profesional y personal al mismo tiempo. Es casi como si las redes sociales asumieran el papel de una tercera entidad entre el trabajo y el hogar que viene a robar la atención, la inversión de tiempo y el disfrute de los otros dos.
Los estudiantes que están afectados por la adicción a las redes sociales ven cómo sus calificaciones se ven afectadas, lo que podría afectar su futuro profesional. La salud mental tiende a verse perjudicada cuando el uso de las redes sociales es demasiado alto. El insomnio, el bajo estado de ánimo y los altos niveles de estrés se han relacionado con pasar demasiado tiempo en las redes. La baja autoestima se ha relacionado con una actividad excesiva en Internet, lo que significa que es probable que exista una relación entre tener una visión poco saludable de uno mismo y la adicción a las redes sociales.