La pandemia de la Covid-19 marcó un antes y después en muchos aspectos de la vida moderna, incluidos nuestros hábitos y preferencias en el entretenimiento. El confinamiento global y la suspensión de actividades presenciales impulsaron una digitalización forzada, afectando también al mundo del juego y de las apuestas. Uno de los fenómenos más notorios ha sido el crecimiento exponencial de las apuestas en línea, que han encontrado en la era post-pandemia un terreno fértil para su expansión.
Un informe realizado por la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ) el pasado mes de marzo de 2024 ha desvelado que la población de entre 18 y 25 años que apuesta en línea ha crecido un 41%, de 378.898 a 534.335 personas.
Nueva realidad digital
El confinamiento trajo consigo el cierre temporal de los casinos y casas de apuestas físicas, lo que obligó a los apostadores a buscar alternativas en línea. La oferta de plataformas de apuestas en internet no era algo nuevo; sin embargo, la situación de la pandemia aceleró su adopción masiva. Este cambio no solo se debió a la imposibilidad de acceder a los establecimientos físicos, sino también a la innovación y adaptabilidad de las plataformas digitales, que ofrecieron una gama más amplia de opciones, facilidades para apostar desde cualquier lugar y en cualquier momento, y sistemas de seguridad y privacidad mejorados.
Aumento de la popularidad de las apuestas deportivas
Las apuestas deportivas y las apuestas en juegos móviles son el apartado más popular según el estudio anteriormente citado. Ante la suspensión de eventos deportivos presenciales, las ligas y federaciones buscaron rápidamente formas de continuar con sus actividades, recurriendo a la realización de eventos a puerta cerrada que se transmitían en línea. Esto, combinado con la disponibilidad y facilidad de acceso a las plataformas de apuestas deportivas, incrementó el interés y la participación del público.
Este fenómeno no se limitó a una región específica; se observó de manera globalizada. Países con una larga tradición de apuestas deportivas, como el Reino Unido y Australia, vieron un incremento en la actividad. Pero, tal vez más notable fue el aumento en regiones donde las apuestas deportivas estaban emergiendo o eran menos prevalentes, impulsadas por la legalización y regulación de esta actividad en varios estados y países.
Riesgos asociados
Este crecimiento trae consigo preocupaciones significativas respecto a la adicción al juego. Las facilidades para apostar, unidas al aislamiento social y al estrés generados por la pandemia, crearon un caldo de cultivo para el desarrollo y exacerbación de comportamientos adictivos. Las personas con predisposición a la adicción encontraron en las apuestas deportivas una vía de escape, a menudo con consecuencias devastadoras para su salud mental y económica.
Estrategias y soluciones
Ante esta realidad, es imperativo desarrollar estrategias eficaces para prevenir y tratar la adicción al juego. La educación sobre los riesgos asociados con las apuestas, la promoción de prácticas de juego responsable, la implementación de límites en las apuestas y el acceso a tratamientos y apoyo para quienes sufren de adicción son fundamentales. Asimismo, es crucial que las regulaciones y el control sobre las plataformas de apuestas se fortalezcan para proteger a los más vulnerables.
El auge de las apuestas deportivas en la era post-pandemia es un fenómeno que refleja los cambios en nuestra sociedad y en nuestras formas de entretenimiento. Si bien ofrece nuevas oportunidades de diversión y hasta de ganancia económica, resulta esencial abordar los desafíos que plantea, especialmente en términos de salud pública y adicción. En este contexto, una perspectiva equilibrada y un enfoque en la sostenibilidad y la responsabilidad son clave para navegar esta nueva realidad.