“Este testimonio es el de un trabajador del centro Reinservida, que también ha pasado por el infierno de las adicciones y sigue su proceso de recuperación. Damos un nombre falso para proteger su privacidad”
Francisco tiene 33 años, y lleva 4 años y 4 meses limpio de alcohol, drogas, medicamentos y juego. Probó el alcohol y el cannabis a los 13 años, pero no conoció el juego que le arruinó su salud mental y sus nóminas de cada mes hasta los 22 años.
Todo empezó en un viaje con algunos amigos, que para echar el rato decidieron empezar una partida de póker apostando 5 euros cada uno. Francisco no tenía ni idea de jugar, le enseñaron y gracias a unas cuantas partidas se fue familiarizando con los conceptos y la manera de apostar. En un par de meses ya se había obsesionado y buscaba la manera de organizar partidas en su casa o en las de sus amigos continuamente, sobre todo los fines de semana.
Durante un largo tiempo, la cosa estuvo bastante entretenida: partidas de 5 o 10 euros con amigos para pasar el rato, acompañado de algunas copas o cervezas y benzodiacepinas. Pero la obsesión de jugar al póker con sus amigos ya le hacía inclinarse por ese tipo de planes antes que dedicarle tiempo a su relación sentimental. Por supuesto, él no se daba cuenta.
El problema llega más adelante, y justo en el momento en que su pareja de aquel momento va a estudiar fuera de España durante seis meses. En esos días, descubre las páginas de apuestas más fuertes del momento: pokerstars y 888poker, y la posibilidad de apostar por internet simplemente con una tarjeta de crédito o con otros métodos sencillos. Ya ni siquiera necesitaba organizar la partida con sus amigos, pero también intentaba reunir más dinero y hacer apuestas fuertes en casinos o en torneos de locales clandestinos.
P: ¿Cuánto dinero llegas a gastar?
R: “A nivel mensual quizá no era algo escandaloso, unos 300 o 400 euros, algunos meses incluso menos. El problema era la ansiedad que me entraba cuando perdía y quería seguir jugando y necesitaba más dinero. Rebuscaba donde hiciera falta, aunque tenía el triste consuelo de tomarme un par de stilnox (hipnótico) y finalmente quedarme dormido”
Entre septiembre de 2013 y febrero de 2015, Francisco sigue jugando con amigos, amigos de amigos, de vez en cuando en el casino o en otro tipo de locales o partidas clandestinas, y por supuesto al póker online. Como no puede costear todo lo que su adicción le pide jugar, roba a su familia, eso sí, cantidades máximas de 50 euros para no levantar demasiadas sospechas y con mucho cargo de conciencia.
P: ¿Cuándo se te empieza a ir de las manos?
R: “De las manos se me fue desde el principio, el proceso adictivo sigue su curso y está fuera de control desde el momento en que trato de convencer y manipular a cada amigo que sé que juega para poder jugar una partida donde sea cuando no conocía el póker online. Ahora, si me preguntas cuando tuve el primer shock gordo, fue a finales de 2013 cuando fui a ver a mi pareja fuera de España y, de los 4 días que estoy allí con ella, paso 2 noches enteras jugando mientras ella dormía. Gané 1.500 euros en un torneo, y con la euforia de la victoria y semejante cantidad que nunca había tenido, decido meterme en partidas de cash con ciegas de hasta 5 y 10 euros, que son partidas bastante fuertes. Me tomé varios stilnox y llegué a tener 8.000 euros, pero como no sé parar de jugar una vez que empiezo, me quedé otra vez a cero y con cara de gilipollas al día siguiente y reproches de mi pareja por mi actitud. A mi adicción el mensaje que se le queda en la cabeza es que puedes hacerlo otra vez, eres bueno. Era mentira, siempre perdía el control y casi nunca conseguía retirarme”.
“La gota que colma el vaso no sólo con las apuestas online sino en mi proceso adictivo, fue la noche del 2 de febrero de 2015, eso jamás se me va a olvidar. Estaba en casa a las 2:30 de la madrugada, como una noche más de tantas, que mezclaba hipnóticos y alcohol. Como mis padres lo sabían, y sabían también que de vez en cuando se me giraba la cabeza y cogía el coche para irme al casino o a un local clandestino que era bastante famoso en aquel momento, pues tenían la puerta de la entrada de la casa cerrada con llaves y éstas escondidas. Como veo que no tengo manera de salir, decido saltar por la ventana de mi cuarto, que son unos 5 o 6 metros de caída. Estaba ciego y fuera de control, evidentemente caí mal y me rompí la tibia de la pierna izquierda, la mano derecha y me fracturé una lumbar”.
Al recordar este episodio, a Francisco le cuesta seguir con el relato.
“Al día siguiente, me esperaban en mi trabajo, pero donde acabé es en el hospital. Mi padre bajó, pero eran las 3 y pico de la madrugada, él toma medicación para dormir y no daba crédito, estaba en shock. Mi madre y mi hermana se enteraron al día siguiente, mi hermana estaba trabajando fuera de España y cogió un vuelo para venir a verme porque estaba asustada. No me pudieron operar la pierna hasta una semana después porque tenían que colocarme el tobillo y por la hinchazón de la pierna y la vulnerabilidad de los tejidos blandos de alrededor, y mis padres me confesaron después que sólo un médico de un gran hospital público de una de las ciudades punteras de España se vio capacitado para acometer la operación, y me daban solo un 50% de posibilidades de no quedarme cojo. Afortunadamente todo salió bien y hoy puedo andar, incluso correr. En fin, un milagro”.
P: ¿Y qué pasó después? ¿Seguiste jugando? ¿Seguiste consumiendo alcohol y medicamentos?
R: “El susto fue muy potente, estuve algo más de medio año tomando solo la medicación pautada por uno de los más de veinte a los que fui desde los 17 años. Tampoco jugué al póker en 7 o 8 meses, pero acabé haciendo lo mismo otra vez. Hay adictos que siguen consumiendo drogas pese a infartos o problemas de salud graves, la adicción es más potente que cualquier fuerza de voluntad humana, y más si uno no está en tratamiento. Viéndolo con perspectiva, en ese momento podría haberme servido ir a un centro de desintoxicación, pero eso no llegó hasta 2018. Desgraciadamente, a raíz de sucesos como la no renovación en un trabajo y la ruptura sentimental de mi pareja de aquel entonces, entró en juego también la cocaína”.