El Síndrome de Korsakoff, también conocido como Psicosis de Korsakoff, es uno de los problemas de salud que se deriva del abuso de alcohol durante un largo periodo de tiempo. Ésta ingesta elevada y continuada provoca un déficit de vitamina B1 (tiamina), que a su vez tiene efectos en el cerebro de la persona ya que altera el funcionamiento de la memoria y puede llegar a producir episodios de enajenación similares a los que se producen en una psicosis.
El origen
Esta patología se llama Síndrome de Korsakoff por Sergei Korsakoff, uno de los neuropsiquiatras más importantes del S.XIX. De origen ruso, evaluó a las personas que bebían vodka de forma recurrente y estudió los efectos que provocaba el alcohol en el sistema nervioso. Sus investigaciones concluyeron que la inquietud, la ataxia (descoordinación motora), las alucinaciones y la amnesia anterógrada forman parte de esta enfermedad y son, asimismo, consecuencias del alcoholismo.
Inicialmente, las personas que lo padecen experimentan pérdidas de memoria para los eventos recientes, sin embargo los recuerdos lejanos permanecen más o menos intactos. Pueden conversar de forma coherente aunque no se acuerden de su pasado más reciente, y tienden a inventar situaciones antes de admitirlo. Por ejemplo, pueden leer la misma revista una y otra vez por no acordarse de las cosas que han hecho recientemente.
Relación con el alcoholismo
A consecuencia del alcoholismo, suelen coexistir problemas de desnutrición en mayor o menor medida y deficiencias de tiamina (vitamina B1), con lo que el daño se puede extender a otros órganos como el hígado y el corazón, causando una mayor dificultad para seguir un tratamiento que debe comenzar con la abstinencia de alcohol.
Pese a afectar más a las personas con una edad avanzada, ya que el organismo se va tornando más débil y se acentúa la insuficiencia de vitamina B1, también hay cierto componente genético en esta patología, ya que no todos los alcohólicos llegan a desarrollarla. Asimismo, personas no alcohólicas también pueden desarrollar el síndrome si tienen problemas alimentarios o han hecho dietas restrictivas. Poseen mayor riesgo de padecer síndrome de Korsakoff los enfermos crónicos, con el sistema inmune debilitado, como pacientes con VIH, o que reciben diálisis o nutrición asistida.
Síndrome de Wernicke-Korsakoff
Cuando la deficiencia de B1 lleva a otras complicaciones en el cerebro, puede aparecer la encefalopatía de Wernicke, caracterizada por la pérdida de equilibrio, tambaleo al caminar, problemas en los movimientos oculares, confusión y somnolencia. En estos casos en que aparecen las dos enfermedades, hablamos del Síndrome de Wernicke-Korsakoff, en la que además pueden aparecer otros síntomas como parálisis ocular, pérdida de la audición, epilepsia, hipotermia, y depresión, complicando todavía más el cuadro clínico.
El síndrome de Wernicke-Korsakoff es una urgencia médica con un sencillo tratamiento que consiste en administrar la vitamina B1 por vía intravenosa. Puede corregir la encefalopatía de Wernicke, aunque la recuperación suele ser incompleta si el tratamiento se retrasa. A pesar del tratamiento, los síntomas del síndrome de Korsakoff pueden persistir y no alcanzar una remisión completa.