La ludopatía es un trastorno adictivo por el cual la persona no es capaz de detener el impulso o deseo de jugar o apostar, y hace referencia a todo juego o apuesta que tenga como fin obtener un premio en forma de dinero. Para la persona ludópata, el juego se convierte de forma progresiva en el centro de su vida, descuidando otras áreas y causando problemas a nivel personal, familiar y/o laboral. Está reconocida como enfermedad o trastorno psicológico por la OMS y calificado en el DSM-V, la principal autoridad en el diagnóstico de trastornos mentales.
¿Juego=droga?
Pese a ser una adicción sin sustancia, la liberación de dopamina y la puesta en marcha del circuito de recompensa del cerebro funciona exactamente igual que con las drogas, y por ello los rasgos del ludópata son los de una persona adicta. Están presentes la pérdida de control característica porque no puede detener su conducta y su voluntad está anulada, así como la aparición de un síndrome de abstinencia en el que prevalece la ansiedad y la irritabilidad.
¿Autoexclusión? Por supuesto
En la actualidad, el juego no solo se desarrolla en lugares físicos de forma presencial como los casinos, las casas de apuestas deportivas y locales de juego o las tragaperras de los bares, ya que existe la posibilidad de jugar por internet en casinos online a un solo clic. Sin embargo, hay buenas noticias, y es que en España (donde hay más de medio millón de ludópatas) es posible tomar la decisión de autoexcluirse para que no nos dejen entrar en ninguno de estos sitios. El problema para algunos ludópatas radica en las tragaperras, que sí están en los bares al alcance de cualquiera…
Síntomas y consecuencias de ludopatía
Para el diagnóstico de ludopatía, hay algunas pautas de comportamiento que son inequívocas: mentir sobre la cantidad de dinero gastada en jugar, tratar de recuperar el dinero perdido apostando cada vez más, y cometer delitos como robos para conseguir dinero para jugar. Como mencionamos al principio, el juego pasa a ser la actividad principal en la vida de la persona, por lo que las consecuencias serán la pérdida o reducción de actividades sociales y relaciones, trabajos, problemas económicos, ansiedad y/o depresión.
Causas de la ludopatía
Parece que hay un componente genético importante en la posibilidad de desarrollar ludopatía, como es tener antecedentes familiares de ello. No es posible “heredar la ludopatía”, sino el conjunto de caracteres genéticos que lo predisponen a padecer esta adicción en caso de que el ambiente o el entorno lo propicie, de igual forma que pueden heredar la propensión a padecer adicción a sustancias.
Asimismo, otros trastornos del estado de ánimo como la depresión o la ansiedad, trastorno límite de la personalidad (TLP), consumo de sustancias o personas que atraviesan momentos de inestabilidad psicológica y usan el juego para escapar de su realidad, pueden ser también factores causantes.
Otro factor a tener en cuenta es la publicidad del juego, que ha crecido de forma espectacular en los últimos diez años y que cuenta con figuras del deporte de primer nivel como anunciantes de casas de apuestas. Un marketing muy dañino que lleva a pensar, sobre todo a los más jóvenes, en la posibilidad de ganar mucho dinero a través del juego.
Tratamiento para la ludopatía
La adicción al juego es una patología severa, ya que hace a la persona perder el enfoque de su vida, anteponiendo el juego a relaciones personales, trabajo o familia. Mientras que en adicciones a sustancias se produce un desequilibrio químico en en el cerebro por la acción de las mismas, en el caso del juego se trata de un desequilibrio químico originado en una conducta. En otros artículos hemos hablado de las adicciones conductuales o comportamentales.
El objetivo del tratamiento en un centro para la ludopatía es que la persona entienda qué le pasa, asesorar y guiar a la persona en cómo modificar sus patrones disfuncionales de conducta, a la vez que ir reestructurando todas las distorsiones del pensamiento que mantienen el ciclo adictivo.
En este tipo de adicción es fundamental el apoyo familiar, el acompañamiento en la primera fase del tratamiento donde se restringe el dinero y se evitaran sitios y situaciones que provoquen estímulos a la persona que puedan desembocar en ganas de jugar.