Admitámoslo, dejar el alcohol en una sociedad profundamente alcohólica es muy complicado. En nuestras relaciones personales podemos apreciarlo, porque la mayoría beben, no importa la cantidad o si pierden el control como nosotros lo hacemos. La cervecita, el vino, los licores al terminar una comida de empresa…la mayor parte de nuestra vida social gira en torno al alcohol.
Pero…pongamos el foco en nosotros mismos. Quizá no todo el mundo pierda el control como nosotros. Quizá otras personas puedan beber una sola consumición, pero nosotros cuando empezamos, no sabemos cuando terminará porque no somos capaces de parar hasta que estamos en una fina línea entre la borrachera y el coma etílico. Si te sientes identificado, aquí te traemos algunos consejos que te pueden ser de utilidad.
Pedir ayuda
Quizá ya hayas tenido experiencias intentando dejarlo y has vuelto a recaer. Quizá hayas probado a no beber entre semana y esperar al finde, quizá te auto impongas límites como una o dos cervezas al día máximo y te los acabas saltando…hasta llegar a la conclusión más evidente y dolorosa: solo no puedes. Es importante que lo comuniques a tu entorno, tu familia, pareja, amigos. Y, sobre todo, es importante que pidas ayuda profesional a un centro especialista en adicciones.
Estar dispuesto a hacer renuncias
Si te quieres recuperar de tus problemas con el alcohol, debes renunciar durante un largo periodo de tiempo a hacer ciertas actividades. Si la mayoría de tus amigos bebe y alterna en bares o restaurantes ya sea de día o de noche, tendrás que renunciar a quedar con ellos. Si tus familiares beben y eso te afecta, tendrás que irte a vivir solo o con otro compañero abstemio. El que evita la situación, evita el peligro, y recuerda que aquí el que se está matando por culpa del alcohol eres tú.
Aprender a decir NO
Una persona dependiente del alcohol es, probablemente, una persona con una baja autoestima y con carencias emocionales, y el alcohol le ayuda a relacionarse con los demás. Quien tiene este tipo de personalidad, tiende a querer agradar a los demás y a buscar su aceptación. Por ello es muy importante que aprendas a decir que no, no solo a tus amistades sino también a tu familia. Dejar de beber no es fácil, y te encontrarás con sentimientos que antes tapabas con la botella. No siempre te encontrarás con ánimo de hacer ciertas cosas, así que debes ser egoísta y ponerte a ti en primer lugar.
¿Qué es lo que me lleva al alcohol?
Hazte esa pregunta, ¿qué es lo que te provoca las ansias de beber? Tendrás que escribir y empezar a identificar cuáles son los desencadenantes de tu consumo. Como hemos mencionado antes, algunos desencadenantes son evidentes: bares, discotecas, y relacionarte con personas que beben. Pero esos son solo los externos. ¿Qué pensamientos y sentimientos te ponen en contacto con la necesidad de evadirte? ¿Soledad? ¿Tristeza? ¿Ansiedad? Los estímulos internos son muy importantes, y para ello quien mejor puede ayudarte es un psicólogo.
Decantarse por una vida sana
El alcohol es exactamente lo contrario a la salud. Tú mismo sabes que si te pasas con la bebida, al día siguiente la resaca te provoca un gran malestar. No hablaremos aquí de todos los efectos secundarios nocivos que tiene el alcohol para el organismo, sino de las actividades que debes de empezar a considerar para dejarlo: meditación o técnicas de relajación como el yoga, apuntarte al gimnasio y hacer deporte, relacionarte con gente sana que practique aficiones como el senderismo, ir al cine, o hablar y profundizar sobre tus sentimientos con personas que quieres. Hemos pasado tanto tiempo creyendo que el alcohol era una solución, que la vida sin él no tiene suficiente para darnos. ¡Y es mentira!
